Recientemente revisamos la anatomía de las articulaciones que componen el complejo del hombro o cintura escapular.
En esta entrada vamos a valorar las condiciones mecánicas y posturales que pueden relacionarse con el dolor nocturno en el hombro.
Las posturas que adquirimos durante la noche y el decúbito, difieren de las diurnas relacionadas con la bipedestación y sedestación. La tremenda versatilidad de movilidad del hombro ofrece imágenes de posturas cercanas a la contorsión en determinados momentos de la noche, y no es de extrañar que alguna de ellas estrese alguna estructura anatómica.
La patología de inestabilidad del hombro (por ejemplo, tras episodios de luxación), constituyen una situación especialmente sensible a esta disposición alternativa de las palancas óseas.
Suelo recomendar a los pacientes que recientemente han sufrido lesiones de este tipo, que los primeros días intenten descansar sobre el lado del hombro sano, dejando el brazo del lado de la luxación arriba, pegado al lateral del tronco.
Y, desde esta posición, al principio les recomiendo que dejen el codo extendido quedando la mano como si estuviese metida en el bolsillo del pantalón, y más adelante dejen flexionado el codo como si llevasen colocado un cabestrillo.
En etapas posteriores, dormir sobre el lado del hombro lesionado es ya posible, con seguridad ante la temida posibilidad de subluxación durante la noche, si disponen el brazo en aproximación horizontal de forma que la mano llega a reposar sobre el hombro sano.
Esta progresión de posiciones les permite adquirir posturas cada vez más confortables, pero siempre garantizando la seguridad de una articulación inestable, sobre todo atendiendo al hecho de la falta de control consciente de la estabilidad durante el sueño.
Para entender la siguiente situación relacionada con la postura durante el sueño y el dolor de hombro, animo al lector, si se encuentra sentado, a encogerse de hombro. Sí, los dos, y aguantando al menos 10 segundos los hombros arriba. Ahora devuélvelos poco a poco a la posición inicial, y cierra los ojos para percibir a gusto cómo se distienden y relajan los músculos que van del hombro al cuello.
Ahora debe resultar sencillo, si visualizas cómo muchas veces acabamos durmiendo con el hombro prácticamente pegado a la oreja, que las estructuras acortadas o alargadas durante horas durante la noche, puedan actuar como fuente de alarma, e incluso de rigidez al despertar, en el hombro y en el cuello.
Una buena elección de la almohada, y evitar elementos de abrigo excesivamente pesados (esas adorables mantas de 20 kilos que, digan lo que digan los fabricantes de nórdicos, tan bien nos cobijan en las crudas noches de invierno), pueden ser consejos útiles cuando las disposiciones extremas de la cintura escapular durante la noche nos amargan la existencia.
Pero como no sólo de mecánica quería hablar cuando me decidí a escribir acerca del dolor del hombro durante la noche, dejaré para una tercera entrada lo que a mi parecer es uno de los principales factores causantes del mismo: el vascular.
OSTEON FISIOTERAPIA
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