REFLEJO
DE MORO: Conocido
como reflejo de abrazo o de
sobresalto, consiste en una respuesta a un cambio repentino de
la cabeza.
Consta de tres movimientos: extensión y abducción de los brazos,
apertura de manos y llanto.
Se coloca al bebé boca arriba sobre una superficie suave y
acolchada. Luego, se levanta la cabeza del bebé suavemente con suficiente
soporte para comenzar a quitar el peso corporal del cojón. Luego, se suelta la
cabeza de forma súbita, se deja caer hacia atrás momentáneamente, pero se
sostiene de nuevo con rapidez.
El bebé puede presentar una mirada de “sobresalto” y echar los
brazos a los lados con las palmas hacia arriba y los pulgares flexionados. A
medida que el reflejo termina, el bebé retrae los brazos hacia el cuerpo con
los codos flexionados y luego se relaja
Su ausencia indica un trastorno profundo en el sistema nervioso.
La persistencia del Reflejo de Moro más allá del 4º y 5º mes de edad puede
indicar defectos neurológicos severos.
REFLEJO
DE LA MARCHA AUTOMÁTICA: Se le
coloca en posición vertical sobre una mesa o sobre una superficie firme y
plana, sostenido por las axilas; el bebé levanta primero una pierna y luego la
otra como si quisiera dar unos pasos.
La duración es variable, desaparece el primer mes.
REFLEJO
DE GATEO: Se
examina colocando el bebé sobre el abdomen. Hace movimientos de gateo con las
piernas y con las manos como si estuviera nadando.
Desaparece en los primeros meses de vida
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